
Era una tarde cualquiera de letras
con el deseo en los ojos
recuerdo y escribo, recuerdo y olvido
sólo árboles que me oyen en su pasar silencioso,
escucho un sonido y sonrio pues me da un respiro,
me transporto a aquella historia
me transporta el tinto y un farol a lo lejos
no recuerdo como escribir, sólo se a que sabe
y como obligarme a olvidar
un sueño de olas altas con flores y balcones
esquina de un espacio, rectángulo que abrazo
y desvanece la presencia espectral de lo constante
llorar, aceptar, esperar, resignación ante lo inevitable
la misma tijera, el manual, la especie...
el amanecer ya no era cualquiera y susurraba claridad
ya no cierro los ojos pues olvido y regreso...al farol, al balcón, al tinto, el recuerdo...