Y a mi pregunta, hierve el
pecho, respiro sosegado.
Y a mi beso, caricia tibia, cintura en calma.
Y a mis manos entre tus cabellos, cuello en llamas, espalda desnuda.
Y a la sombra de tu pecho, manos entrelazadas, tierno vaivén.
Y a tu cuerpo en llamas, susurro húmedo,
almas fundidas.
Y a tu final sentencia, recuerdo eterno,
olvido inefable.
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